Abstract:
El café arábico se originó en las tierras altas de más de 1000 metros sobre el nivel del mar de Etiopía, Sudán y África. En los años
575 y 890 D.C., los persas y los árabes lo llevaron a Arabia y Yemen, en tanto que los nativos africanos lo extendieron a
Mozambique y Madagascar. De aquí los holandeses y los portugueses, entre los años 1600 y 1700, lo trasladaron a Ceylán,
posteriormente a Java y a la India, así como a otras regiones de Asia y África.
El gobernador de Java, Von Hoorm, en el año 1708, llevó algunas plantas a Holanda y allí obsequió a Luis XIV, rey de Francia, una
que fue sembrada en los invernaderos de París.
En 1727, el café fue trasladado de Sumantra a Brasil, luego pasó a Perú y Paraguay y, en 1825, a Hawai. Por otra parte, en el
invernadero de París se multiplicaron las plantas y pasaron a la Guyana Francesa, África Ecuatorial, Haití y Santo Domingo.
Luego se extendió a Puerto Rico y a El Salvador en 1740, a Guatemala en 1750, a Bolivia, Ecuador y Panamá en 1784, y por último a
Costa Rica, procedente de Cuba y Guatemala, entre 1796 y 1798.